1– ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! ¡Alabad el nombre del SEÑOR! ¡Siervos del SEÑOR, alabadlo, (Ps 115,4; Ps 135,15)2vosotros, que permanecéis en la casa del SEÑOR, en los atrios de la casa del Dios nuestro!3Alabad al SEÑOR, porque el SEÑOR es bueno; cantad salmos a su nombre, porque eso es agradable.4El SEÑOR escogió a Jacob como su propiedad, a Israel como su posesión.5Yo sé que el SEÑOR, nuestro Soberano, es más grande que todos los dioses.6El SEÑOR hace todo lo que quiere en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos sus abismos.7Levanta las nubes desde los confines de la tierra; envía relámpagos con la lluvia y saca de sus depósitos a los vientos.8A los primogénitos de Egipto hirió de muerte, tanto a hombres como a animales.9En tu corazón mismo, oh Egipto, Dios envió señales y maravillas contra el faraón y todos sus siervos.10A muchas naciones las hirió de muerte; a reyes poderosos les quitó la vida:11a Sijón, el rey amorreo; a Og, el rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán.12Entregó sus tierras como herencia, ¡como herencia para su pueblo Israel!13Tu nombre, SEÑOR, es eterno; tu renombre, por todas las generaciones.14Ciertamente el SEÑOR juzgará a su pueblo, y de sus siervos tendrá compasión.15Los ídolos de los paganos son de oro y plata, producto de manos humanas.16Tienen boca, pero no pueden hablar; ojos, pero no pueden ver;17tienen oídos, pero no pueden oír; ¡ni siquiera hay aliento en su boca!18Semejantes a ellos son sus hacedores y todos los que confían en ellos.19Pueblo de Israel, bendice al SEÑOR; descendientes de Aarón, bendecid al SEÑOR;20descendientes de Leví, bendecid al SEÑOR; los que teméis al SEÑOR, bendecidlo.21Desde Sión sea bendito el SEÑOR, el que habita en Jerusalén. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR!