1– SEÑOR, acuérdate de David y de todas sus penurias. (2Chr 6,41; Ps 132,8)2Acuérdate de sus juramentos al SEÑOR, de sus votos al Poderoso de Jacob:3«No gozaré del calor del hogar, ni me daré un momento de descanso;[1]4no me permitiré cerrar los ojos, y ni siquiera el menor pestañeo,5antes de hallar un lugar para el SEÑOR, una morada para el Poderoso de Jacob».6En Efrata oímos hablar del arca;[2] dimos con ella en los campos de Yagar:[3] (1Sam 7,1)7«Vayamos hasta su morada; postrémonos ante el estrado de sus pies».8Levántate, SEÑOR; ven a tu lugar de reposo, tú y tu arca poderosa.9¡Que se revistan de justicia tus sacerdotes! ¡Que tus fieles canten jubilosos!10Por amor a David, tu siervo, no le des la espalda a[4] tu ungido.11El SEÑOR le ha hecho a David un firme juramento que no revocará: «A uno de tus propios descendientes lo pondré en tu trono.12Si tus hijos cumplen con mi pacto y con los estatutos que les enseñaré, también sus descendientes te sucederán en el trono para siempre».13El SEÑOR ha escogido a Sión; su deseo es hacer de este monte su morada:14«Este será para siempre mi lugar de reposo; aquí pondré mi trono, porque así lo deseo.15Bendeciré con creces sus provisiones, y saciaré de pan a sus pobres.16Revestiré de salvación a sus sacerdotes, y jubilosos cantarán sus fieles.17»Aquí haré renacer el poder[5] de David, y encenderé la lámpara de mi ungido.18A sus enemigos los cubriré de vergüenza, pero él lucirá su corona esplendorosa».