1¡Oh SEÑOR, muchos son mis enemigos! ¡Muchos están contra mí!2Muchos dicen que Dios jamás me ayudará3Pero, SEÑOR, tú eres mi escudo, mi gloria, tú mantienes en alto mi cabeza.4Clamé al SEÑOR a voz en cuello, y él me respondió desde su monte santo.5Luego me acosté y dormí en paz, y desperté a salvo, porque el SEÑOR velaba por mí.6Y ahora, aunque diez mil adversarios me tengan cercado, no tengo miedo.7«¡Levántate, oh SEÑOR! ¡Sálvame, Dios mío!». ¡Rómpele la quijada a mi enemigo! ¡Rómpele los dientes a los malvados!8La salvación viene de Dios. Envía su bendición a todo su pueblo.