1SEÑOR, quiero alabarte de todo corazón, y cantarte salmos delante de los dioses.2Quiero inclinarme hacia tu santo templo y alabar tu nombre por tu gran amor y fidelidad. Porque has exaltado tu nombre y tu palabra por encima de todas las cosas.3Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.4Oh SEÑOR, todos los reyes de la tierra te alabarán al escuchar tus palabras.5Celebrarán con cánticos tus caminos, porque tu gloria, SEÑOR, es grande.6El SEÑOR es excelso, pero tiene en cuenta a los humildes y mira[1] de lejos a los orgullosos.7Aunque pase yo por grandes angustias, tú me darás vida; contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo!8El SEÑOR cumplirá en mí su propósito.[2] Tu gran amor, SEÑOR, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!