1Sálvanos, Señor, que ya no hay gente fiel; ya no queda gente sincera en este mundo.2No hacen sino mentirse unos a otros; sus labios lisonjeros hablan con doblez.3El Señor cortará todo labio lisonjero y toda lengua jactanciosa4que dice: «Venceremos con la lengua; en nuestros labios confiamos. ¿Quién puede dominarnos a nosotros?»5Dice el Señor: «Voy ahora a levantarme, y pondré a salvo a los oprimidos, pues al pobre se le oprime, y el necesitado se queja.»6Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol.7Tú, Señor, nos protegerás; tú siempre nos defenderás de esta gente,8aun cuando los malvados sigan merodeando, y la maldad sea exaltada en este mundo.
Salmo 12
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Al director musical. Sobre la octava. Salmo de David.
1Sálvanos, SEÑOR, que ya no hay gente fiel; ya no queda gente sincera en este mundo.[1]2No hacen sino mentirse unos a otros; sus labios lisonjeros hablan con doblez.3El SEÑOR cortará todo labio lisonjero y toda lengua jactanciosa4que dice: «Venceremos con la lengua; en nuestros labios confiamos. ¿Quién puede dominarnos?»5Dice el SEÑOR: «Voy ahora a levantarme, y pondré a salvo a los oprimidos, pues al pobre se le oprime, y el necesitado se queja».6Las palabras del SEÑOR son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol.7Tú, SEÑOR, nos protegerás; tú siempre nos defenderás de esta gente,8aun cuando los malvados sigan merodeando, y la maldad sea exaltada en este mundo.