1¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos.2Sus hijos dominarán el país; la descendencia de los justos será bendecida.3En su casa habrá abundantes riquezas, y para siempre permanecerá su justicia.4Para los justos la luz brilla en las tinieblas. ¡Dios es clemente, compasivo y justo!5Bien le va al que presta con generosidad, y maneja sus negocios con justicia.6El justo será siempre recordado; ciertamente nunca fracasará.7No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el Señor.8Su corazón estará seguro, no tendrá temor, y al final verá derrotados a sus adversarios.9Reparte sus bienes entre los pobres; su justicia permanece para siempre; su poder[1] será gloriosamente exaltado.10El malvado verá esto, y se irritará; rechinando los dientes se irá desvaneciendo. ¡La ambición de los impíos será destruida!
Salmo 112
Nueva Versión Internacional (Castellano)
1¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! Dichoso el que teme al SEÑOR, el que halla gran deleite en sus mandamientos.2Sus hijos dominarán el país; la descendencia de los justos será bendecida.3En su casa habrá abundantes riquezas, y para siempre permanecerá su justicia.4Para los justos, la luz brilla en las tinieblas. ¡Dios es clemente, compasivo y justo!5Bien le va al que presta con generosidad, y maneja sus negocios con justicia.6El justo será siempre recordado; ciertamente nunca fracasará.7No temerá recibir malas noticias; su corazón estará firme, confiado en el SEÑOR.8Su corazón estará seguro, no tendrá temor, y al final verá derrotados a sus adversarios.9Reparte sus bienes entre los pobres; su justicia permanece para siempre; su poder[1] será gloriosamente exaltado.10El malvado verá esto, y se irritará; rechinando los dientes se irá desvaneciendo. ¡La ambición de los impíos será destruida!