1A ti clamo, Señor, roca mía; no te desentiendas de mí, porque si guardas silencio, ya puedo contarme entre los muertos.2Oye mi voz suplicante cuando a ti acudo en busca de ayuda, cuando tiendo los brazos hacia tu lugar santísimo.3No me arrastres con los malvados, con los que hacen iniquidad, con los que hablan de paz con su prójimo pero en su corazón albergan maldad.4Págales conforme a sus obras, conforme a sus malas acciones. Págales conforme a las obras de sus manos; ¡dales su merecido!5Ya que no toman en cuenta las obras del Señor y lo que él ha hecho con sus manos, él los derribará y nunca más volverá a levantarlos.6Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante.7El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.8El Señor es la fortaleza de su pueblo, y un baluarte de salvación para su ungido.9Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, y cual pastor guíalos por siempre.
Salmo 28
La Biblia Textual
De David.
1A ti clamo, oh YHVH, Roca mía. No guardes silencio para conmigo, No sea que te desentiendas de mí, Y llegue a ser semejante a los que bajan al sepulcro.2Oye la voz de mis súplicas cuando clamo a ti, Cuando alzo mis manos hacia el lugar santísimo de tu Santuario.3No me arrastres junto con los impíos, con los que hacen iniquidad, Los cuales hablan de paz con su prójimo, Mientras albergan el mal en sus corazones.4Dales conforme a su obra y según la maldad de sus hechos. Retribúyeles de acuerdo con la obra de sus manos. ¡Dales su recompensa!5Por cuanto no atendieron a los hechos de YHVH, Ni a la obra de sus manos, Él los derribará y no los edificará.6¡Bendito sea YHVH, Que oyó la voz de mis súplicas!7YHVH es mi fortaleza y mi escudo, En Él confió mi corazón, y fui ayudado, Por lo que mi corazón se regocija, Y lo alabo con mi cántico.8YHVH es la fuerza para él, Y el refugio salvador para su ungido.9¡Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad! ¡Pastoréalos, y carga con ellos para siempre!