1»Miren, ya viene el día, ardiente como un horno. Todos los soberbios y todos los malvados serán como paja, y aquel día les prenderá fuego hasta dejarlos sin raíz ni rama —dice el Señor Todopoderoso—.2Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos[1] salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados.3El día que yo actúe ustedes pisotearán a los malvados, y bajo sus pies quedarán hechos polvo —dice el Señor Todopoderoso—.4»Acuérdense de la ley de mi siervo Moisés. Recuerden los preceptos y las leyes que le di en Horeb para todo Israel.5»Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible.6Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con destrucción total.»
Malaquías 4
La Biblia Textual
El Heraldo
1Ciertamente viene el día, ardiente como un horno, donde todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa. Aquel día vendrá y los abrasará, y no quedará de ellos rama ni raíz, dice YHVH Sebaot.2Mas para vosotros, los que teméis mi Nombre, nacerá el Sol de Justicia, trayendo salvación en sus alas, y saldréis y saltaréis como becerros salidos del establo.3Y hollaréis a los malos, que serán como el polvo bajo las plantas de vuestros pies, en el día que Yo preparo, dice YHVH Sebaot.4Acordaos de la Ley de Moisés mi siervo, que le prescribí en Horeb para todo Israel, con sus ordenanzas y preceptos.5He aquí, Yo os envío al profeta Elías antes que venga el día de YHVH, grande y terrible.6Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres, no sea que Yo venga y tenga que consagrar la tierra al exterminio.