1»¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed! ¡Vengan a comprar y a comer los que no tengan dinero! Vengan, compren vino y leche sin pago alguno.2¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan, y su salario en lo que no satisface? Escúchenme bien, y comerán lo que es bueno, y se deleitarán con manjares deliciosos.3Presten atención y vengan a mí, escúchenme y vivirán. Haré con ustedes un pacto eterno, conforme a mi constante amor por David.4Lo he puesto como testigo para los pueblos, como su jefe supremo.5Sin duda convocarás a naciones que no conocías, y naciones que no te conocían correrán hacia ti, gracias al Señor tu Dios, el Santo de Israel, que te ha colmado de honor.»6Busquen al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano.7Que abandone el malvado su camino, y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es generoso para perdonar, y de él recibirá misericordia.8«Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor—.9Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!10Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come,11así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos.12Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. A su paso, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo y aplaudirán todos los árboles del bosque.13En vez de zarzas, crecerán cipreses; mirtos, en lugar de ortigas. Esto le dará renombre al Señor; será una señal que durará para siempre.»
Isaías 55
La Biblia Textual
Gratuidad de la salvación
1¡Todos los sedientos, venid a las aguas! Y los que no tienen dinero: ¡Venid, comprad y comed! ¡Sí, venid, comprad sin dinero vino y leche, sin costo alguno!2¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, Y vuestro esfuerzo en lo que no sacia? ¡Oídme atentamente y comed lo bueno, Y deléitense vuestras almas con manjares!3¡Inclinad vuestro oído y venid a mí! ¡Escuchad, y vuestra alma vivirá! Y Yo haré con vosotros un pacto eterno, Las misericordias fieles prometidas a David.4He aquí, lo he puesto por testigo a los pueblos, Por caudillo y soberano de las naciones.5He aquí, llamarás a gente que no conociste, Y gente que no te conocía correrá a ti, Por causa de YHVH tu Dios, Y del Santo de Israel, que te cubrió de gloria.6¡Buscad a YHVH mientras puede ser hallado! ¡Invocadlo, mientras está cerca!7¡Deje el malo su camino, Y el inicuo sus pensamientos, Y conviértase a YHVH, que se apiadará de él; A nuestro Dios, que es grande en perdonar!8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, Ni vuestros caminos mis caminos, dice YHVH.9Porque como los cielos son más altos que la tierra, Así mis caminos son más altos que vuestros caminos, Y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.10Como la lluvia y la nieve desciende de los cielos, Y no vuelve allá, sino que riega la tierra, Y la hace germinar y producir, Y da semilla al que siembra, y pan al que come,11Así será mi Palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, Sino que hará lo que Yo quiero, Y cumplirá aquello para lo cual la envié.12Con alegría saldréis y en paz seréis conducidos; Los montes y los collados prorrumpirán en cánticos de júbilo delante de vosotros, Y todos los árboles del campo batirán palmas.13En lugar de zarzas crecerán cipreses, y en lugar de la ortiga el arrayán, Y será a YHVH como memorial, Como señal eterna, que nunca será quitada.