1Así dijo el SEÑOR a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que humille a tus enemigos poniéndolos por estrado de tus pies.2El SEÑOR establecerá tu trono en Sion para que gobiernes, desde allí sobre tus enemigos.3Cuando vayas a la guerra, tu pueblo te apoyará gustoso; tu traje de guerra será un traje de gala, y tu fuerza se renovará día tras día como el rocío de la mañana.4El SEÑOR ha jurado, y no cambiará su voto: Tú eres sacerdote eternamente como Melquisedec.5Dios está a tu lado para protegerte. En el día de su ira aplastará a muchos reyes.6Castigará a las naciones y las llenará de sus muertos. Aplastará muchas cabezas en toda la tierra.7Beberá de un arroyo junto al camino, y por lo tanto cobrará nuevas fuerzas.
Psalm 110
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Salmo de David.
1Así dijo el SEÑOR a mi Señor: «Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies».2¡Que el SEÑOR extienda desde Sión el poder de tu cetro! ¡Domina tú en medio de tus enemigos!3Tus tropas estarán dispuestas el día de la batalla, ordenadas en santa majestad. De las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud.4El SEÑOR ha jurado y no cambiará de parecer: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».5El Señor está a tu mano derecha; aplastará a los reyes en el día de su ira.6Juzgará a las naciones y amontonará cadáveres; aplastará cabezas en toda la tierra.7Beberá de un arroyo junto al camino, y por lo tanto cobrará nuevas fuerzas.[1]