1Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno, su gran amor durará por siempre.2¿Te ha redimido el SEÑOR? ¡Pues dilo! Cuenta a otros que te ha salvado de tus enemigos.3Reunió a quienes estaban desterrados en muchos países, de oriente y de occidente, del norte y del sur.4Errantes y sin hogar andaban por el desierto,5hambrientos y sedientos casi se mueren.6«¡SEÑOR, ayúdanos!», clamaron en su angustia, y él los libró de su dolor.7Los llevó a vivir a un lugar seguro hasta una ciudad donde ellos pudieran vivir.8¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillosas obras que ha hecho para su bien!9Porque él satisface al sediento y llena de bien al hambriento.10Algunos habitan en la oscuridad, en las más densas tinieblas, miserables prisioneros encadenados.11Ellos se rebelaron contra las palabras de Dios, tuvieron en poco el consejo del Altísimo.12Por eso los quebrantó con duro trabajo; cayeron y nadie los ayudó a levantarse otra vez.13Entonces clamaron al SEÑOR en su angustia, y él los salvó del sufrimiento.14Los sacó de la oscuridad y de las densas tinieblas y rompió sus cadenas.15¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, y por sus maravillosas obras que ha hecho para su bien!16Porque él hizo pedazos las puertas de bronce de su prisión y cortó sus barrotes de hierro.17Algunos fueron necios en su rebeldía, sufrieron por sus pecados.18Habían perdido el apetito y tenían a la muerte cerca.19«¡SEÑOR, ayúdanos!», clamaron en su angustia, y él los salvó de su dolor.20Él habló y fueron sanados, arrebatados de las puertas de la muerte.21¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, y por las maravillosas obras que ha hecho para su bien!22¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y canten por sus gloriosas obras!23Algunos se hicieron a la mar en barcos; navegando las rutas comerciales del mundo.24También ellos observaron el poder de Dios en acción, sus obras impresionantes, allí, en las aguas profundas.25Habló y se desató un fuerte viento, se encresparon las olas.26Sus barcos eran lanzados hacia el cielo y volvían a hundirse hacia lo profundo; los navegantes temblaban aterrorizados.27Tropezaban y se tambaleaban como ebrios y no hallaban qué hacer.28«¡SEÑOR, ayúdanos!», clamaron en su angustia, y él los salvó de su dolor.29Cambió la tempestad en brisa, calmó las olas.30¡Qué bendición cuando hubo calma, cuando él los llevó a salvo al puerto!31¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, y por sus maravillosas obras que ha hecho para su bien!32Alábenlo ante la congregación y ante los dirigentes de la nación.33Él convirtió los ríos en desierto, y los manantiales en tierra seca;34y transformó la tierra fértil en terrenos salitrosos, por la maldad de sus habitantes.35Pero también transformó los desiertos en fuentes de aguas, la tierra seca en abundantes manantiales.36Lleva a los hambrientos a establecerse allí y a edificar sus ciudades,37a cultivar sus campos y plantar sus viñas, y a recoger magníficas cosechas.38¡Cómo los bendice! Allí crían numerosas familias y sus rebaños aumentan.39Pero si disminuyen y empobrecen es por la opresión, los problemas y la tristeza.40Dios derrama su desprecio sobre los príncipes y los hacen vagar sin rumbo por los desiertos;41pero libra a los pobres de su miseria y hace que sus familias crezcan como rebaño.42Los rectos verán estas cosas y se alegrarán, mientras los malvados serán acallados.43Quien sea sabio, que entiende estas cosas y vea el gran amor del SEÑOR.
Psalm 107
Nueva Versión Internacional (Castellano)
1Dad gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.2Que lo digan los redimidos del SEÑOR, a quienes redimió del poder del adversario,3a quienes reunió de todos los países, de oriente y de occidente, del norte y del sur.[1]4Vagaban perdidos por parajes desiertos, sin dar con el camino a una ciudad habitable.5Hambrientos y sedientos, la vida se les iba consumiendo.6En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los libró de su aflicción.7Los llevó por el camino recto hasta llegar a una ciudad habitable.8¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor nuestro!9¡Él apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento!10Afligidos y encadenados, habitaban en las más densas tinieblas11por haberse rebelado contra las palabras de Dios, por menospreciar los designios del Altísimo.12Los sometió[2] a trabajos forzados; tropezaban, y no había quien los ayudara.13En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los salvó de su aflicción.14Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en pedazos sus cadenas.15¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres!16¡Él hace añicos las puertas de bronce y rompe en mil pedazos las barras de hierro!17Trastornados por su rebeldía, afligidos por su iniquidad,18todo alimento les daba asco. ¡Llegaron a las puertas mismas de la muerte!19En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los salvó de su aflicción.20Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.21¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres!22¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y, jubilosos, proclamen sus obras!23Se hicieron a la mar en sus barcos; para comerciar surcaron las muchas aguas.24Allí, en las aguas profundas, vieron las obras del SEÑOR y sus maravillas.25Habló Dios, y se desató un fuerte viento que tanto encrespó las olas26que subían a los cielos y bajaban al abismo. Ante el peligro, ellos perdieron el coraje.27Como ebrios tropezaban, se tambaleaban; de nada les valía toda su pericia.28En su angustia clamaron al SEÑOR, y él los sacó de su aflicción.29Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar.30Ante esa calma se alegraron, y Dios los llevó al puerto anhelado.31¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres!32¡Que lo exalten en la asamblea del pueblo! ¡Que lo alaben en el consejo de los ancianos!33Dios convirtió los ríos en desiertos, los manantiales en tierra seca,34los fértiles terrenos en tierra salitrosa, por la maldad de sus habitantes.35Convirtió el desierto en fuentes de agua, la tierra seca en manantiales;36hizo habitar allí a los hambrientos, y ellos fundaron una ciudad habitable.37Sembraron campos, plantaron viñedos, obtuvieron abundantes cosechas.38Dios los bendijo y se multiplicaron, y no dejó que menguaran sus rebaños.39Pero, si merman y son humillados, es por la opresión, la maldad y la aflicción.40Dios desdeña a los nobles y los hace vagar por desiertos sin senderos.41Pero a los necesitados los saca de su miseria, y hace que sus familias crezcan como rebaños.42Los rectos lo verán y se alegrarán, pero todos los impíos serán acallados.43Quien sea sabio, que considere estas cosas y entienda bien el gran amor del SEÑOR.