1Ese día los israelitas dirán: «¡Vengan, volvamos al SEÑOR! Él es quien nos ha desgarrado, y él será quien nos sane.2En tan sólo dos o tres días nos sanará por completo y entonces podremos vivir siempre bajo su protección. ¡No vacilemos en buscar al SEÑOR!3¡No nos cansemos de ir en busca del SEÑOR! Si lo hacemos, podemos estar seguros de que él vendrá a nuestro encuentro. Eso es tan seguro como el hecho de que el sol alumbra cada día. Eso será así, tan seguro como el hecho de que la lluvia cae en el tiempo oportuno y riega la tierra».4El Señor dice: «Efraín y Judá, ¿qué haré con ustedes? Pues su amor hacia mí es tan inconstante, se desvanece tan pronto, como lo hacen las nubes de la mañana y como desaparece como el rocío.5Yo envié a mis profetas para advertirles del destino funesto que les espera; yo los he herido con la dureza de las palabras que les he enviado, incluso amenazándolos de muerte. Sepan que de repente, sin advertencia alguna, mi juicio realmente los matará como si fuera un rayo fulminante.6Lo que más quiero de ustedes no son sus sacrificios rituales, sino que amen a Dios y a su prójimo; lo que más quiero de ustedes no son sus ofrendas, sino que me reconozcan y respeten como su Dios.7Pero como Adán, han desobedecido mi convenio, han despreciado mi amor.8»Galaad es una ciudad de gente malvada, las huellas de la violencia están por todas partes.9Sus sacerdotes son como bandas de ladrones, que se esconden para sorprender y caer sobre sus víctimas; en el camino que lleva a Siquén cometen toda clase de maldades.10»Sí, yo he visto una cosa horrible en Israel: Efraín me ha sido infiel y se ha ido tras la idolatría; Israel se ha corrompido por completo.11»También para ti, Judá, tengo preparado tu castigo, cuando haya hecho que mi pueblo regrese a su tierra.
Hosea 6
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Impenitencia de Israel
1¡Venid, volvámonos al SEÑOR! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará.2Después de dos días nos dará vida; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia.3Conozcamos al SEÑOR; vayamos tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra.4«¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy a hacer contigo, Judá? Vuestro amor es como nube matutina, como rocío que temprano se evapora.5Por eso los hice pedazos por medio de los profetas; los herí con las palabras de mi boca. ¡Mi sentencia los fulminará como un relámpago!6Lo que pido de vosotros es amor y no sacrificios, conocimiento de Dios y no holocaustos.7Son como Adán: han quebrantado el pacto, ¡me han traicionado!8Galaad es una ciudad de malhechores; sus pisadas dejan huellas de sangre.9Una pandilla de sacerdotes está al acecho en el camino a Siquén y, como banda de salteadores, comete toda clase de infamias.10En el reino de Israel he visto algo horrible: Allí se prostituye Efraín y se mancilla Israel.11»¡A ti también, Judá, te espera la cosecha de tu maldad! »Cuando cambie yo la suerte de mi pueblo,