1A fines de julio, seis años después de que el rey Joaquín fuera capturado, algunos de los consejeros de Israel vinieron a mí para solicitar instrucciones del SEÑOR, y se sentaron delante de mí aguardando la respuesta.2Entonces el SEÑOR me dio este mensaje:3«Hombre mortal, di a los consejeros de Israel: El SEÑOR Dios dice: “¿Cómo se atreven a venir a solicitar mi ayuda? ¡Les aseguro que no les diré nada!”.4»Júzgalos tú, hombre mortal, condénalos, cuéntales todas las maldades que esta nación ha cometido desde los tiempos de sus antepasados hasta ahora.5-6Comunícales que el SEÑOR Dios dice: “Cuando yo escogí a Israel y me revelé a él en Egipto, yo les juré a él y a sus descendientes que los sacaba de Egipto y los llevaba a una tierra que yo había preparado para ellos; una buena tierra con tanta abundancia que se decía que de ella fluía leche y miel; la mejor de las tierras en cualquier parte”.7»Luego yo les dije: “Eliminen todos los ídolos a los que ahí se les rinde homenaje, no se contaminen tampoco con los ídolos de Egipto, pues yo soy el SEÑOR Dios de ustedes”.8Pero ellos se pusieron tercos contra mí y no quisieron seguir mis órdenes. No se deshicieron de sus ídolos ni abandonaron los dioses de Egipto. Entonces pensé: “Yo descargaré mi cólera contra ellos mientras aún estén en Egipto”.9-10»Pero no lo hice, pues actué para proteger la fama de mi nombre, para que los egipcios no se burlaran del Dios de Israel, diciendo que no podía protegerlos del mal. Así que saqué a mi pueblo fuera de Egipto delante de los propios ojos de los egipcios y los conduje al desierto.11Allí yo les di mis instrucciones para que vivieran de acuerdo con ellas, teniendo cuidado en seguirlas con fidelidad.12Y les determiné el sábado, un día de descanso cada semana, como un señal entre ellos y yo, para recordarles que soy yo el SEÑOR, quien los aparta en exclusividad para mí, y que ellos verdaderamente son mi pueblo elegido.13»Pero Israel se rebeló contra mí, allí en el desierto rechazaron mis instrucciones. No quisieron obedecer mis reglas, aunque el obedecerlas significara vivir con seguridad y por largo tiempo. Y tampoco respetaron los días sábados. Entonces pensé: “Descargaré mi cólera sobre ellos y los haré morir en el desierto”.14»Pero de nuevo me contuve para poder proteger la fama de mi nombre, para que las naciones que me vieron sacarlos de Egipto no dijeran que los había destruido porque no los podía cuidar.15Pero yo les aseguré en el desierto que no los traería a la tierra que yo les había dado, una tierra tan pródiga que parece que de ella fluyen leche y miel, el sitio más próspero del mundo,16porque ellos se burlaron de mis instrucciones, ignoraron mis deseos y echaron al olvido el respetar los sábados. ¡Sus corazones estaban embotados con sus ídolos!17Sin embargo, los perdoné, los vi con compasión y no los exterminé en el desierto.18»Entonces hablé a sus hijos y les dije: “No sigan las pisadas de sus padres, no echen a perder su relación conmigo por rendir homenaje a sus ídolos,19pues yo soy el SEÑOR, Dios de ustedes. Sigan mis instrucciones, cumplan con nuestro convenio,20recuerden que los sábados deben estar dedicados a mí, pues ellos son una señal del convenio entre nosotros, para ayudarlos a recordar que yo soy el SEÑOR su Dios”.21»Pero sus hijos también se rebelaron contra mí. Ellos rechazaron mis instrucciones, los mandamientos que, de ser obedecidos, aseguran para ustedes una vida larga y próspera. Pero no, se comportaron los sábados como cualquier otro día. Así, pues, dije: “¡Ahora por fin descargaré mi cólera sobre ustedes en el desierto!”.22»Sin embargo, de nuevo yo retuve mi castigo planeado contra ellos para proteger la fama de mi nombre entre las naciones que habían visto mi poder al sacarlos de Egipto.23-24Pero hice un solemne juramento contra ellos mientras estaban en el desierto, de que los esparciría, haciéndolos marchar a los lugares más alejados de la tierra porque ellos no obedecieron mis instrucciones sino que las despreciaron y tuvieron en nada los sábados y amaron los ídolos de sus padres.25Les permití adoptar costumbres y leyes que no tenían valor. Al dejarse guiar por ellas no podrían lograr una vida larga y próspera, como era mi deseo.26Esperando que ellos retrocederían con horror, y sabrían que sólo yo soy el SEÑOR, les permití contaminarse con los mismos dones que yo les había dado. ¡Hasta llegaron a quemar a sus primogénitos como ofrendas a sus dioses!27-28»Hombre mortal, comunícales que el SEÑOR dice: “Sus antepasados continuaron blasfemando y traicionándome cuando yo los traje a la tierra que yo les había prometido, pues ofrecieron a sus ídolos homenajes y perfumes agradable en cada colina alta y debajo de cada árbol. Provocaron mi cólera al ofrecer sus sacrificios rituales a esos ‘dioses’. ¡Trajeron sus perfumes e incienso y derramaron sus bebidas especiales en honor a ellos!29Yo les dije: ‘¿Qué es ese lugar de sacrificio a donde van?’. Y por eso le llaman ‘El lugar de sacrificio’; así es como obtuvo su nombre”.
Juicio y restauración
30»El SEÑOR Dios quiere saber si ustedes se van a contaminar tal como lo hicieron sus antepasados, si seguirán ofreciendo homenajes a sus ídolos.31Pues cuando ofrecen regalos a ellos y entregan a sus pequeños para ser quemados, como lo hacen aún hoy, ¿creen ustedes que pondré atención a sus oraciones?, ¿creen que los ayudaré, oh israelitas? “¡Tengan por seguro”, dice el SEÑOR Dios, “que no les daré ningún mensaje, aunque han acudido a mí para preguntar!32Lo que tienen en mente no llegará a cumplirse: ser como las naciones a su alrededor, sirviendo a dioses de madera y piedra.33¡Yo reinaré sobre ustedes con gran autoridad y rigidez, así como con gran ira y poder!34Con poderío y furia los sacaré de las tierras donde están dispersados,35-36y los traeré al desierto donde serán juzgados por mí. Los juzgaré allí, y me libraré de los testarudos, tal como lo hice en el desierto después de sacarlos de Egipto.37Los contaré cuidadosamente y sólo permitiré que regrese un pequeño grupo.38Y a los otros, los testarudos y todos aquellos que cometen maldades en contra de mis instrucciones, los expulsaré de entre ustedes. Ellos no entrarán en Israel, pero los recogeré de los países donde están exiliados. Y cuando eso suceda sabrán que yo soy el SEÑOR”.39»Oh Israel, el SEÑOR Dios dice: “Si ustedes insisten en rendir homenaje a sus ídolos, adelante, ¡pero entonces no me traigan regalos a mí también! ¡Tal falta de respeto y consideración hacia mí debe cesar de inmediato!40¡Porque en Jerusalén, en mi monte escogido, dice el SEÑOR, todo Israel estará consagrado y dedicado a mí solamente! Allí yo los aceptaré, y demandaré sus ofrendas y sus más espléndidos dones.41Ustedes serán para mí como una ofrenda de perfume suave cuando los traiga de vuelta del exilio, y las naciones notarán el gran cambio de sus corazones al ver el cambio de sus conductas.42Entonces cuando los haya traído de regreso a la tierra que prometí a sus antepasados sabrán que yo soy el SEÑOR.43Entonces se acordarán de sus maldades y se avergonzarán y sentirán remordimientos a causa de todo el mal que han hecho.44¡Y cuando yo haya honrado mi nombre haciéndoles toda clase de bien a pesar de su maldad, entonces, oh Israel, ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR!”».
Profecía contra el sur
45Luego me vino este mensaje del SEÑOR:46«Hombre mortal, mira hacia Jerusalén, y habla contra ella y los bosques del sur.47Profetiza y di: “Oye el mensaje del SEÑOR. ¡Yo te incendiaré, oh bosque, y todos los árboles perecerán, los verdes y los secos por igual! Las terribles llamas no se apagarán y chamuscarán el mundo entero.48Y todo el mundo verá que yo, el SEÑOR, los he encendido. No serán apagadas las voraces llamas”».49Entonces yo dije: «¡Oh SEÑOR, ellos dicen de mí: “Él sólo habla en enigmas”!».
Hesekiel 20
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Historia de una rebelión
1El día diez del mes quinto del año séptimo, unos jefes de Israel vinieron a consultar al SEÑOR, y se sentaron frente a mí.2Allí el SEÑOR me habló diciendo:3«Hijo de hombre, habla con los jefes de Israel y adviérteles que yo, el SEÑOR omnipotente, digo: “¿Así que vosotros venís a consultarme? ¡Pues juro por mí mismo que no dejaré que me consultéis! Lo afirmo yo, el SEÑOR omnipotente”.4»¡Júzgalos tú, hijo de hombre; júzgalos tú! Hazles ver las repugnantes prácticas de sus antepasados.5Adviérteles que así dice el SEÑOR omnipotente: “El día en que elegí a Israel, con la mano en alto le hice un juramento a la descendencia de Jacob. El día en que me di a conocer a ellos en Egipto, volví a hacerles este juramento: ‘Yo soy el SEÑOR vuestro Dios’.6En aquel día, con la mano en alto les juré que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo mismo había explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todas!7A cada uno de ellos le ordené que arrojara sus ídolos detestables, con los que estaba obsesionado, y que no se contaminara con los ídolos de Egipto; porque yo soy el SEÑOR su Dios.8»”Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí, y me desobedecieron. No arrojaron los ídolos con que estaban obsesionados, ni abandonaron los ídolos de Egipto. Por eso, cuando estaban en Egipto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos.9Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones entre las cuales vivían los israelitas. Porque al sacar a los israelitas de Egipto yo me di a conocer a ellos en presencia de las naciones.10»”Yo los saqué de Egipto y los llevé al desierto.11Les di mis decretos, y les hice conocer mis leyes, que son vida para quienes los obedecen.12También les di mis sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el SEÑOR, he consagrado los sábados para mí.13Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; desobedeció mis decretos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. ¡Hasta el colmo profanaron mis sábados! Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar mi ira sobre ellos y exterminarlos.14Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.15»”También con la mano en alto, en el desierto les juré que no los llevaría a la tierra que les había dado, ¡la tierra más hermosa de todas, donde abundan la leche y la miel!16Rechazaron mis leyes, desobedecieron mis decretos y profanaron mis sábados, ¡y todo esto lo hicieron por haber andado tras esos ídolos!17Sin embargo, tuve compasión de ellos, y en el desierto no los destruí ni los exterminé.18»”Allí en el desierto les dije a sus descendientes: ‘No sigáis los preceptos de vuestros padres; no obedezcáis sus leyes ni os contaminéis con sus ídolos.19Yo soy el SEÑOR vuestro Dios. Seguid mis decretos, obedeced mis leyes20y observad mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre vosotros y yo, para que reconozcáis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios’.21»”Sin embargo, los israelitas se rebelaron contra mí. No siguieron mis decretos y no obedecieron mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. Además, profanaron mis sábados. Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos.22Pero me contuve en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.23También con la mano en alto les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones. Los esparciría entre los países24porque, obsesionados como estaban con los ídolos de sus antepasados, desobedecieron mis leyes, rechazaron mis decretos y profanaron mis sábados.25¡Hasta les di decretos que no eran buenos y leyes que no daban vida!26Los contaminé con sus propias ofrendas, dejándolos ofrecer en sacrificio a sus primogénitos, para horrorizarlos y hacerles reconocer que yo soy el SEÑOR”.27»Por tanto, hijo de hombre, habla con el pueblo de Israel y adviértele que yo, el SEÑOR omnipotente, digo: “En esto también me ofendieron tus antepasados y me trataron con absoluta infidelidad:28Cuando los hice entrar en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, cualquier cerro o árbol frondoso que veían les venía bien para hacer sacrificios y presentarme esas ofrendas que tanto me ofenden. Allí quemaban incienso y derramaban sus libaciones.29Y les pregunté: ‘¿Qué significa ese santuario pagano que tanto frecuentáis?’ Y hasta el día de hoy ese lugar de culto idolátrico se conoce como ‘santuario pagano’ ”.
Juicio y restauración
30»Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el SEÑOR omnipotente: “¿Os contaminaréis vosotros de la misma forma que vuestros antepasados, y os prostituiréis con sus ídolos detestables?31Hasta el día de hoy, os contamináis al hacer vuestras ofrendas y al sacrificar a vuestros hijos, pasándolos por fuego en honor a los ídolos. ¿Y ahora, israelitas, venís a consultarme? Juro por mí mismo que no dejaré que me consultéis. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.32Jamás sucederá lo que tenéis en mente: ‘Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo, que adoran al palo y a la piedra’.33Yo, el SEÑOR omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre vosotros con gran despliegue de fuerza y de poder,[1] y con furia incontenible.34Os sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estabais esparcidos, y os reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible.35Os llevaré al desierto que está entre las naciones, y allí os juzgaré cara a cara.36Así como juzgué a vuestros antepasados en el desierto de Egipto, también os juzgaré a vosotros. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo.37Así como el pastor selecciona sus ovejas, también yo os haré pasar bajo mi vara y os seleccionaré para que forméis parte de la alianza.38Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces reconoceréis que yo soy el SEÑOR.39»”En cuanto a vosotros, pueblo de Israel, así dice el SEÑOR omnipotente: Si no queréis obedecerme, ¡id y adorad a vuestros ídolos! Pero no sigáis profanando mi santo nombre con vuestras ofrendas y vuestros ídolos apestosos.40Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el SEÑOR, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré vuestras ofrendas y vuestras primicias, junto con todo lo que queráis dedicarme.41Cuando yo os saque y os reúna de todas las naciones y pueblos donde estéis esparcidos, en presencia de las naciones os recibiré como incienso agradable y os manifestaré mi santidad.42Y, cuando yo os lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto había jurado a vuestros antepasados que les daría, entonces reconoceréis que yo soy el SEÑOR.43Allí os acordaréis de vuestra conducta y de todas vuestras acciones con las que os contaminasteis, y sentiréis asco de vosotros mismos por todas las maldades que cometisteis.44Pueblo de Israel, cuando yo actúe a vuestro favor, por honor a mi nombre y no según vuestra mala conducta y vuestras obras corruptas, entonces reconoceréis que yo soy el SEÑOR. Yo, el SEÑOR omnipotente, lo afirmo”».
Profecía contra el sur
45El SEÑOR me habló diciendo:46«Hijo de hombre, mira hacia el sur y en esa dirección profetiza contra el bosque del Néguev.47Dile: “Escucha, bosque del Néguev, la palabra del SEÑOR. Así dice el SEÑOR omnipotente: ‘En medio de ti voy a prender un fuego que devorará todos los árboles, tanto los secos como los verdes. Este incendio no se podrá apagar, y quemará toda la superficie, de norte a sur.48Todos los mortales verán que yo, el SEÑOR, lo he encendido, y no podrá apagarse’ ”».49Entonces yo exclamé: «¡Ay, SEÑOR omnipotente, todo el mundo anda diciendo que soy un charlatán!»