1»Los sacerdotes y los miembros de la tribu de los levitas no tendrán propiedad como las demás tribus. Por lo tanto, los sacerdotes y los levitas deberán vivir de los sacrificios que se llevan al altar del SEÑOR y de las demás ofrendas del pueblo.2Ellos no necesitan tener propiedades porque el SEÑOR es su heredad. Eso es lo que él les ha prometido.3De cada toro u oveja que se lleve para ser ofrecido en sacrificio se deberá dar a los sacerdotes la espaldilla, las quijadas y los intestinos.4Además, los sacerdotes recibirán las primicias de las cosechas de cereales, de vino, de aceite y de lana.5Porque el SEÑOR tu Dios ha escogido a la tribu de Leví para que le sirva de generación en generación.6»Si algún levita desea de todo corazón ir al santuario, y deja su lugar de residencia, no se lo impidan.7Ese levita tiene el derecho de ministrar en el nombre del SEÑOR en esa ciudad, de la misma manera que sus hermanos levitas que trabajan allí regularmente.8Tendrá participación de los sacrificios y ofrendas por derecho propio, no como ayuda en caso de necesidad.
Costumbres corrompidas
9»Cuando hayas entrado en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, tendrás especial cuidado de no dejarte llevar por las costumbres corrompidas de las naciones que ahora viven allí.10Nadie debe presentar a su hijo o hija como ofrenda para ser quemada. Tampoco se debe practicar la adivinación, la brujería, la hechicería,11la magia, el encantamiento, el ser médium espiritista o el consultar los espíritus de los muertos.12Cualquiera que haga estas cosas será abominable delante del SEÑOR, pues es por esta causa que el SEÑOR echa de esta tierra a los pueblos que la habitan.13Deberás comportarte de manera irreprensible delante del SEÑOR tu Dios.
El profeta
14»Las naciones de cuyo territorio tú te adueñarás practican todas estas maldades; pero el SEÑOR tu Dios no permitirá que tú las practiques también.15»El SEÑOR tu Dios hará surgir en medio de todo el pueblo a un profeta como yo; a un hombre a quien deberán oír y obedecer.16Esto fue lo que pediste a Dios en el monte Horeb. Allí, al pie de la montaña, le rogaste que no te hiciera oír su voz majestuosa nuevamente ni ver el fuego aterrador que estaba sobre el monte, porque tenías miedo de morir.17»“Bien”, me dijo el SEÑOR, “haré lo que me han pedido.18Levantaré de en medio de ellos un profeta como tú. Yo le diré lo que tiene que decir y él les dirá todo lo que yo ordene.19A cualquiera que no escuche los mensajes que él presente de parte mía, yo le pediré cuentas personalmente.20Pero si un profeta dice traer un mensaje mío sin ser cierto, ese profeta morirá. Y cualquier profeta que afirme tener un mensaje de otros dioses deberá morir”.21Quizá te preguntes: “¿Cómo sabré si una profecía es de Dios o no?”.22Si lo que ese hombre ha profetizado no ocurre, no es el SEÑOR quien ha dado el mensaje. Lo ha fraguado él mismo, no le tendrás temor.
5.Mose 18
Nueva Versión Internacional (Castellano)
Ofrendas para los sacerdotes levitas
1»La tribu de Leví, a la que pertenecen los sacerdotes levitas, no tendrá patrimonio alguno en Israel. Vivirán de las ofrendas presentadas por fuego y de la herencia que corresponde al SEÑOR.2Los levitas no tendrán herencia entre sus hermanos; el SEÑOR mismo es su herencia, según les prometió.3»Cuando alguien del pueblo sacrifique un buey o un cordero, los sacerdotes tendrán derecho a la espaldilla, las quijadas y los intestinos.4También les darás las primicias de tu trigo, de tu vino y de tu aceite, así como la primera lana que esquiles de tus ovejas.5Porque el SEÑOR tu Dios los eligió a ellos y a su descendencia, de entre todas tus tribus, para que estuvieran siempre en su presencia, ministrando en su nombre.6»Si un levita que viva en alguna de las ciudades de Israel, respondiendo al impulso de su corazón, se traslada al lugar que el SEÑOR haya elegido,7podrá ministrar en el nombre del SEÑOR su Dios como todos los otros levitas que sirvan allí, en la presencia del SEÑOR.8Recibirá los mismos beneficios que ellos, además de su patrimonio familiar.
Costumbres abominables
9»Cuando entres en la tierra que te da el SEÑOR tu Dios, no imites las costumbres abominables de esas naciones.10Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería;11ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos.12Cualquiera que practique estas costumbres se hará abominable al SEÑOR, y por causa de ellas el SEÑOR tu Dios expulsará de tu presencia a esas naciones.13A los ojos del SEÑOR tu Dios serás irreprensible.
El profeta
14»Las naciones cuyo territorio vas a poseer consultan a hechiceros y adivinos, pero a ti el SEÑOR tu Dios no te ha permitido hacer nada de eso.15El SEÑOR tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él sí lo escucharás.16Eso fue lo que le pediste al SEÑOR tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: “No quiero seguir escuchando la voz del SEÑOR mi Dios, ni volver a contemplar este enorme fuego, no sea que muera”.17»Y me dijo el SEÑOR: “Está bien lo que ellos dicen.18Por eso levantaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande.19Si alguien no presta oído a las palabras que el profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas.20Pero el profeta que se atreva a hablar en mi nombre y diga algo que yo no le haya mandado decir morirá. La misma suerte correrá el profeta que hable en nombre de otros dioses”.21»Tal vez te preguntes: “¿Cómo podré reconocer un mensaje que no provenga del SEÑOR?”22Si lo que el profeta proclame en nombre del SEÑOR no se cumple ni se realiza, será señal de que su mensaje no proviene del SEÑOR. Ese profeta habrá hablado con presunción. No le temas.