1E informaron a David, diciendo: ¡He aquí los filisteos atacan a Keila y están saqueando los graneros!2Entonces David consultó a YHVH, diciendo: ¿Iré y atacaré a estos filisteos? Y YHVH dijo a David: Ve, ataca a los filisteos y libera a Keila.3Pero los hombres de David le dijeron: Si aquí en Judá vivimos con temor, ¡cuánto más si vamos a Keila contra los escuadrones de los filisteos!4De nuevo David consultó a YHVH, y YHVH le respondió, y dijo: Levántate, desciende a Keila, pues entregaré a los filisteos en tu mano.5Y David y sus hombres fueron a Keila y pelearon contra los filisteos, y él se llevó sus ganados y les infligió una gran derrota. Así liberó David a los habitantes de Keila.6Y cuando Abiatar ben Ahimelec huyó a Keila, donde estaba David, se bajó el éfod con él.7Cuando informaron a Saúl que David había ido a Keila, Saúl dijo: ¡’Elohim lo ha desamparado en mi mano, encerrándose al entrar en una ciudad de puertas y barras!8Por lo cual Saúl convocó a todo el pueblo a la batalla, para bajar a Keila y sitiar a David y a sus hombres.9Pero David se enteró de que Saúl tramaba el mal contra él, y dijo al sacerdote Abiatar: Trae el éfod.10Y dijo David: ¡YHVH, Dios de Israel!, tu siervo tiene conocimiento cierto de que Saúl procura venir a Keila, para destruir la ciudad por mi causa.11¿Me entregarán los señores de Keila en su mano? ¿Bajará Saúl, como ha oído tu siervo? ¡Oh YHVH Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo! Y YHVH dijo: Sí, bajará.12Y David preguntó: ¿Me entregarán los señores de Keila a mí y a mis hombres en mano de Saúl? Y YHVH respondió: Te entregarán.13Entonces David se levantó con su gente (unos seiscientos hombres) y salieron de Keila, y fueron a dondequiera que pudieron irse. Y fue dado aviso a Saúl que David había escapado de Keila, por lo que desistió de salir.14Y David permaneció en el desierto, en lugares de difícil acceso, en la región montañosa del desierto de Zif, entre tanto Saúl lo buscaba cada día; pero ’Elohim no lo entregó en su mano.15Viendo pues David que Saúl había salido en busca de su vida, David se quedó en Hores, en el desierto de Zif.16Y se levantó Jonatán ben Saúl, y fue adonde estaba David en Hores, y lo reconfortó en ’Elohim,17y le dijo: No temas, que la mano de Saúl mi padre no te hallará. Tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti, y aun mi padre Saúl sabe esto.18Y concertaron ambos un pacto en presencia de YHVH; y David se quedó en Hores, y Jonatán se volvió a su casa.19Entonces subieron los zifeos a decir a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra tierra en las peñas de Hores, en el collado de Haquila, al sur de Jesimón?20Ahora pues, conforme a todo el deseo de tu alma, oh rey, desciende pronto, y nosotros lo entregaremos en la mano del rey.21A lo que respondió Saúl: ¡Benditos seáis de YHVH, porque os habéis compadecido de mí!22Id, os ruego, y averiguad todavía más, y ved el lugar donde suele tener su asiento y quién lo haya visto allí, pues me han dicho que se maneja con muy grande astucia.23Ved pues, e informaos de todos los escondites donde se oculta, y volved a traerme la certeza. Luego yo iré con vosotros, y si él se encuentra en esa tierra, lo buscaré con empeño entre todos los millares de Judá.24Así pues, se levantaron y marcharon a Zif delante de Saúl, pero David y sus hombres ya estaban en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur de Jesimón.25Luego partió Saúl con sus hombres para buscarlo; de lo cual, avisado David, descendió a la roca, y habitó en el desierto de Maón. Cuando Saúl se enteró, persiguió a David por el desierto de Maón.26E iba Saúl por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado. Y David se fugó con zozobra para escapar de Saúl, pues Saúl y sus hombres habían cercado a David y a sus hombres para capturarlos.27En esto llegó un mensajero a Saúl, diciendo: ¡Date prisa y ven, porque los filisteos irrumpieron en el país!28Por lo cual Saúl tuvo que volverse y dejar de perseguir a David, para ir al encuentro de los filisteos. Por esto se llamó a aquel lugar Sela-hamahlecot.29Entonces David subió de allí y permaneció en los refugios de En-gadi.
1 Samuel 23
Nueva Biblia Viva
David libera la ciudad de Queilá
1Un día avisaron a David que los filisteos estaban atacando a Queilá y saqueando los campos:2David consultó al SEÑOR: ―¿Iré y los atacaré? ―Sí, ve y salva Queilá —le dijo el SEÑOR.3Mas los hombres de David le dijeron: ―Nosotros tenemos miedo aun aquí en Judá. Ciertamente no queremos ir a Queilá a pelear contra las filas filisteas.4David le preguntó nuevamente al SEÑOR, y el SEÑOR nuevamente le respondió: ―Vete a Queilá, porque yo te ayudaré a conquistar a los filisteos.5Fueron a Queilá y destrozaron a los filisteos, y les quitaron el ganado. El pueblo de Queilá fue salvado.6Abiatar el sacerdote fue a Queilá con David, y llevó el efod consigo, a fin de consultar al SEÑOR por David.
Saúl persigue a David
7Saúl pronto supo que David estaba en Queilá. «Bien —exclamó—. Ahora lo tenemos. Dios lo ha entregado en mis manos, pues se ha atrapado a sí mismo en una ciudad amurallada».8Saúl movilizó todo su ejército y lo puso en marcha hacia Queilá para sitiar a David y a sus hombres.9Pero David se enteró del plan de Saúl y le dijo a Abiatar el sacerdote que trajera el efod para consultar al SEÑOR.10―Oh SEÑOR Dios de Israel —dijo David—, he sabido que Saúl tiene planes de venir y destruir Queilá porque yo estoy aquí.11¿Me entregarán a él los hombres de Queilá? ¿Vendrá Saúl realmente como he oído? Oh SEÑOR Dios de Israel, te ruego que me lo digas. Y el SEÑOR le dijo: ―Vendrá.12―¿Y me traicionarán estos hombres de Queilá entregándome a Saúl? —insistió David. Y el SEÑOR le respondió: ―Sí; te traicionarán.13Entonces David y sus hombres, que eran seiscientos ahora, salieron de Queilá y comenzaron a andar de un lado a otro por el campo. Pronto Saúl se enteró de que David había huido, y desistió de ir a Queilá.14-15David se fue a vivir en las cuevas del desierto en la región montañosa de Zif. Un día, cerca de Hores, supo que Saúl iba hacia Zif en su busca. Saúl lo perseguía día tras día para matarlo, pero el SEÑOR no permitió que lo encontrara.16El príncipe Jonatán salió en busca de David y lo halló en Hores, y lo alentó en su fe en Dios.17«No tengas miedo —le dijo Jonatán—. Mi padre jamás te encontrará, tú serás el rey de Israel y yo estaré junto a ti, y seré tu segundo como mi padre bien lo sabe».18Entonces los dos hombres renovaron su pacto de amistad. David se quedó en Hores, y Jonatán regresó a su casa.19Pero luego los hombres de Zif fueron a Saúl, que se hallaba en Guibeá, y delataron a David. ―Sabemos dónde está escondido —le dijeron—. Está en las cuevas de Hores, en la colina de Jaquilá, al sur del desierto.20Desciende, señor, y nosotros le daremos caza.21―Alabado sea el SEÑOR —dijo Saúl—. ¡Por fin alguien ha tenido compasión de mí!22Vayan nuevamente y asegúrense de que está allí y quién lo ha visto, porque yo sé que él es muy astuto.23Descubran en cuál de sus escondites se halla, y vuelvan con una información precisa. Entonces yo iré con ustedes. Y si él está en aquella zona lo encontraré, aun cuando tenga que registrar cada rincón de Judá.24Ellos, pues, adelantándose a Saúl, se dirigieron a Zif. David y sus hombres se hallaban en el desierto de Maón en el Arabá, al sur del desierto:25Saúl fue en su busca. David se enteró y descendió a un risco que se halla en el desierto de Maón.26Saúl y David estaban ahora en laderas opuestas de una montaña. Saúl y sus hombres comenzaron a rodearlos. David hizo todo lo posible por escapar, pero, al parecer, estaba perdido.27En esto le llegó a Saúl un mensaje en el que se le informaba que los filisteos estaban atacando nuevamente a Israel,28y Saúl tuvo que abandonar la persecución, y regresar a pelear contra los filisteos. Desde entonces el lugar donde David estuvo acampado ha sido llamado Sela Hamajlecot (Roca de las Separaciones).29Luego David se fue a vivir en las cuevas de Engadi.