1¡No te alegres, Israel! ¡No hagas fiesta como las otras naciones! Porque has abandonado a tu Dios y te has portado como una prostituta, pues te entregas a los ídolos y te alegras con ellos más que por las cosechas de trigo que yo te regalo.2Por lo tanto en adelante tus cosechas serán raquíticas y tu vino de pésima calidad.3Ya no puedes permanecer más en esta tierra que el SEÑOR te ha dado; Efraín será llevado cautivo a Egipto y a Asiria, y tendrá que comer alimentos impuros.4Allí, lejos de tu hogar, no tendrás vino para ofrendar al SEÑOR, ni le podrás ofrecer ningún sacrificio ritual que le sea grato. El pan que comerán allá será como el pan que se sirve en un velorio, que contamina a todos los que se lo comen. Ese alimento sólo les calmará el hambre, pero no podrán usarlo como ofrenda para el SEÑOR.5¿Qué, pues, harán ustedes en los días santos, o en los días especiales dedicados a ofrecer homenajes al SEÑOR?6Si logras librarte de la destrucción, Egipto te atrapará y te enterrará en Menfis. Todas tus riquezas serán cubiertas por la maleza, y tus casas abandonadas se llenarán de matorrales.7¡Ha llegado el tiempo del castigo de Israel! ¡El día de que cada quien reciba su merecido está cercano! ¡Todo Israel se dará cuenta de esto! Es tan grande la maldad de Israel, es tan enorme su pecado, que dicen: «¡Los profetas están locos y los hombres inspirados han perdido la cordura!».8Yo designé a los profetas para advertir y guiar a mi pueblo por medio de sus mensajes, pero el pueblo se ha opuesto a ellos en todas partes, y ni siquiera respetan el templo de Dios pues también ahí les expresan su odio.9Las cosas que hace mi pueblo son tan depravadas como las que hicieron en Guibeá. ¡Pero el SEÑOR no se olvida de sus maldades y los castigará por todo el mal que han hecho!10El SEÑOR dice: «¡Israel, qué bien recuerdo aquellos primeros días encantadores, cuando te conduje a través del desierto! ¡Recuerdo con alegría cuando te vi nacer y tus primeros pasos! ¡Cuánto me satisfacía, como los primeros higos del verano en su primer año! Pero al llegar a Baal Peor me abandonaste y te fuiste tras los dioses falsos. ¡Y te volviste tan repugnante como esos ídolos que adorabas!11»La gloria de Israel se aleja volando como un pájaro, pues tus hijos morirán al nacer, o perecerán en la matriz, o ni siquiera serán concebidos.12Y si tus hijos llegan a crecer, morirán antes de llegar a la edad adulta; todos están condenados. Sí, será un día triste cuando yo me aparte de ti y te deje abandonado a tu suerte.13»En mi visión yo he visto que Israel y Tiro se parecen, pues ambos tienen territorios hermosos. ¡Pero Efraín conduce a sus hijos a la muerte!».14SEÑOR, ¿qué pediré para tu pueblo? ¡Pediré matrices infértiles que no engendren y pechos sin leche que no puedan alimentar!15El SEÑOR dice: «Toda su maldad comenzó en Guilgal; allí yo comencé a odiarlos. Yo los expulsaré de mi tierra por causa de su idolatría. No los amaré más, pues todos sus jefes son rebeldes a mí.16Efraín está condenado a muerte. Es como un árbol que tiene las raíces secas y ya no da frutos. Y si llega a tener hijos, yo les quitaré la vida, aunque sean su fruto más precioso».17Mi Dios destruirá al pueblo de Israel, porque ellos no quieren escuchar su consejo ni seguir sus instrucciones. Ya no tendrán una patria estable, sino que andarán como vagabundos entre las naciones.
Nueva Versión Internacional (Castellano)
El castigo a Israel
1No te alegres, Israel; no hagas fiesta como las naciones, porque te has prostituido. ¡Le has sido infiel a tu Dios! Prefieres la paga de prostituta que recibes en todos los trigales.*2Ni el trigo ni las uvas podrán alimentarlos; el vino nuevo no tendrá el gusto que esperaban.3No habitarán en la tierra del SEÑOR; Efraín regresará a Egipto y comerá inmundicias en Asiria.4No le ofrecerán al SEÑOR más libaciones de vino, ni le serán gratos sus sacrificios. Se les volverá pan de lágrimas; quienes lo coman quedarán impuros. Tal vez les sirva para matar el hambre, pero no tendrá cabida en la casa del SEÑOR.5¿Qué haréis vosotros en los días de fiesta, o en las peregrinaciones en honor del SEÑOR?6Aunque escapen de la destrucción, los recogerá Egipto y los enterrará Menfis. Sus tesoros de plata se llenarán de ortigas, y los espinos invadirán sus tiendas.7Han llegado los días del castigo, han llegado los días de la retribución. ¡Que lo sepa Israel! Es tan grande tu maldad, y tan intensa tu hostilidad, que al profeta se le tiene por necio, y al hombre inspirado, por loco.8El profeta, junto con Dios, es el centinela de Efraín,* pero enfrenta trampas en todos sus caminos, y hostilidad en la casa de su Dios.9Han llegado al colmo de la corrupción, como en los días de Guibeá; ¡pero Dios se acordará de sus perversidades y los castigará por sus pecados!10«Cuando encontré a Israel, fue como hallar uvas en el desierto; cuando vi a vuestros antepasados, fue como ver higos tiernos en la higuera. Pero ellos se fueron a Baal Peor y se entregaron a la vergüenza; ¡se volvieron tan detestables como el objeto de su amor!11El esplendor de Efraín saldrá volando, como un ave; no habrá más concepción ni embarazo ni nacimiento.12Y aun cuando vean crecer a sus hijos, yo los arrebataré de este mundo. ¡Ay de ellos cuando los abandone!13He visto a Efraín y a Tiro plantados en una pradera.* ¡Pero Efraín entregará sus hijos al verdugo!»14Dales, SEÑOR… ¿qué les darás? ¡Dales vientres que aborten y pechos resecos!15«Toda su maldad comenzó en Guilgal; allí comencé a aborrecerlos. Por causa de sus maldades, los expulsaré de mi casa. No volveré a amarlos, pues todas sus autoridades son rebeldes.16Efraín se ha marchitado: su raíz se secó y no produce fruto. Aunque llegue a tener hijos, mataré el precioso fruto de su vientre».17Porque no le obedecieron, mi Dios los rechazará; ¡andarán errantes entre las naciones!
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