Hiob 23 | Nueva Biblia Viva Nueva Versión Internacional (Castellano)

Hiob 23 | Nueva Biblia Viva

Octavo discurso de Job

1 Respuesta de Job: 2 «Mi respuesta es aún hoy amarga, pues mi castigo es mucho más grave de lo que mi falta merece. 3 ¡Si supiera yo dónde hallar a Dios, para acudir a su trono y hablar con él allí! 4 Le expondría mi causa, y escucharía su respuesta y comprendería lo que desea. 6 ¿Querría él simplemente anonadarme con su grandeza? No, él escucharía compasivamente. 7 Los hombres justos y honrados podrían discutir con él, y ser absueltos por mi juez. 8 »Pero en vano trato de hallarlo. Lo busco por aquí, lo busco por allá, y no puedo hallarlo. 9 Lo busco en donde realiza sus obras en el norte, y no lo encuentro allí. Tampoco puedo hallarlo en el sur, donde también se esconde. 10 Pero él conoce cada detalle de lo que a mí me ocurre; y cuando me haya examinado, me declarará completamente inocente: tan puro como oro macizo. 11 En los senderos de Dios me he mantenido, siguiendo tras sus pasos. No me he apartado. 12 No he rechazado sus mandamientos, sino que en ellos me he deleitado más que en mi alimento de cada día. 13 »Sin embargo, su intención respecto a mí sigue invariable, ¿y quién podrá apartarlo de sus propósitos? Lo que él quiere, eso hace. 14 Así es que me hará cuanto ha planeado, y aún hay más que esperar. 15 Con razón me aterrorizo tanto en su presencia. Al pensar en ella, el terror me atenaza. 16 Dios me ha dado un corazón desfalleciente. El Todopoderoso me ha aterrado con las tinieblas y la espesa e impenetrable oscuridad que me rodean.

La Nueva Biblia Viva TM Copyright © 2006, 2008 by Biblica, Inc. Used with permission. All rights reserved worldwide. “Biblica”, “International Bible Society” and the Biblica Logo are trademarks registered in the United States Patent and Trademark Office by Biblica, Inc. Used with permission.

Nueva Versión Internacional (Castellano)

Octavo discurso de Job

1 A esto respondió Job: 2 «Mi queja sigue siendo amarga; gimo bajo el peso de su mano.* 3 ¡Ah, si supiera yo dónde encontrar a Dios! ¡Si pudiera llegar adonde él habita! 4 Ante él expondría mi caso; llenaría mi boca de argumentos. 5 Podría conocer su respuesta, y trataría de entenderla. 6 ¿Disputaría él conmigo, con todo su poder? ¡Claro que no! ¡Ni me acusaría! 7 Ante él cualquier hombre recto podría presentar su caso, y yo sería absuelto para siempre delante de mi juez. 8 »Si me dirijo hacia el este, no está allí; si me encamino al oeste, no lo encuentro. 9 Si está ocupado en el norte, no lo veo; si se vuelve al sur, no alcanzo a percibirlo. 10 Él, en cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro. 11 En sus sendas he afirmado mis pies; he seguido su camino sin desviarme. 12 No me he apartado de los mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser* he atesorado las palabras de su boca. 13 »Pero él es soberano;* ¿quién puede hacerlo desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace. 14 Hará conmigo lo que ha determinado; todo lo que tiene pensado, lo realizará. 15 Por eso me espanto en su presencia; si pienso en todo esto, me lleno de temor. 16 Dios ha hecho que mi corazón desmaye; me tiene aterrado el Todopoderoso. 17 Con todo, no logran acallarme las tinieblas ni la densa oscuridad que cubre mi rostro.