1¡Miren, un rey justo viene acompañado de príncipes honrados!2Él protegerá a Israel de la tormenta y el viento, le dará refrigerio como río en el desierto, como la refrescante sombra de una potente roca en tierra calurosa y árida.3Entonces por fin se abrirán los ojos de Israel para ver a Dios, el pueblo escuchará la voz de su Dios.4Hasta los alborotadores estarán llenos de sensatez y comprensión, y los que tartamudean inseguros, hablarán con toda claridad.5En aquellos días no serán admirados los descreídos, los charlatanes. Los ricos estafadores no serán tenidos por hombres generosos y sobresalientes.6Todo el mundo sabrá con sólo verlo quién es malo, y los hipócritas no engañarán a nadie. Sus mentiras respecto a Dios y sus fraudes contra los necesitados estarán a la vista de todos.7Se descubrirán las triquiñuelas de los malvados, así como las mentiras con las cuales oprimían a los pobres en los tribunales.8Pero los buenos serán generosos con el prójimo, y Dios los bendecirá por todo lo que hacen.
Las mujeres de Jerusalén
9Escúchenme, mujeres que viven en la ociosidad, escúchenme y les diré su recompensa:10Dentro de poco, algo más de un año, tendrán súbita preocupación, ustedes que están despreocupadas. Porque se perderá la cosecha de frutas y no se realizará la siega.11Tiemblen, mujeres de vida cómoda, renuncien a la despreocupación. Quítense su linda ropa, pónganse saco penitencial por su dolor.12Golpéense los pechos de pena por las ricas haciendas que pronto se les irán de las manos, y por las fértiles viñas de antaño.13Porque sus tierras se llenarán de espinos y zarzas, desaparecerán sus alegres casas y felices ciudades.14Deshabitados quedarán los palacios y las mansiones, y vacías las ciudades populosas. Montaraces manadas de burros y cabras pastarán en los montes donde estaban las torres de vigía.15Hasta que al fin desde el cielo se derrame el Espíritu sobre nosotros. Entonces volverán a producirse enormes cosechas,16entonces la justicia regirá en todo el país17y, fruto de la justicia, la paz. La quietud y la confianza reinarán para siempre.18Mi pueblo vivirá en seguridad y tranquilidad en su tierra.19Pero los asirios serán destruidos y arrasadas sus ciudades.20Y Dios bendecirá grandemente a su pueblo. En dondequiera que siembren se producirán abundantes cosechas, y sus rebaños y manadas pastarán en verdes prados.
Nueva Versión Internacional (Castellano)
El reino de justicia
1Mirad, un rey reinará con rectitud y los gobernantes gobernarán con justicia.2Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto.3No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen.4La mente impulsiva comprenderá y entenderá, la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad.5Ya no se llamará noble al necio ni será respetado el canalla.6Porque el necio profiere necedades, y su mente maquina iniquidad; practica la impiedad, y habla falsedades contra el SEÑOR; deja con hambre al hambriento, y le niega el agua al sediento.7El canalla recurre a artimañas malignas, y trama designios infames; destruye a los pobres con mentiras, aunque el necesitado reclama justicia.8El noble, por el contrario, concibe nobles planes, y en sus nobles acciones se afirma.
Las mujeres de Jerusalén
9Mujeres despreocupadas, ¡levantaos y escuchadme! Hijas que os sentís tan confiadas, ¡prestad atención a lo que voy a deciros!10Vosotras, que os sentís tan confiadas, en poco más de un año temblaréis; porque fallará la vendimia, y no llegará la cosecha.11Mujeres despreocupadas, ¡estremeceos! Vosotras, que os sentís tan confiadas, ¡poneos a temblar! Desvestíos, desnudaos; poneos ropa de luto.12Golpeaos el pecho, por los campos agradables, por los viñedos fértiles,13por el suelo de mi pueblo cubierto de espinos y de zarzas, por todas las casas donde hay alegría y por esta ciudad donde hay diversión.14La fortaleza será abandonada, y desamparada la ciudad populosa; para siempre convertidas en cuevas quedarán la ciudadela y la atalaya; convertidas en deleite de asnos, en pastizal de rebaños,15hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque.16La justicia morará en el desierto, y en el campo fértil habitará la rectitud.17El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto.18Mi pueblo habitará en un lugar de paz, en moradas seguras, en serenos lugares de reposo.19Aunque el granizo arrase el bosque y la ciudad sea completamente allanada,20¡dichosos vosotros, los que sembráis junto al agua, y dejáis sueltos al buey y al asno!
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